Piden justicia por la jubilada atropellada por un patrullero

Este mes comenzó el juicio por el asesinato de Beatriz Zampella, la abuela de 81 años que fue embestida por un móvil de la Policía que iba a alta velocidad, sin sirena y en contramano, en 2016. La semana que viene se leerán los alegatos en la etapa final del proceso que busca condenar a los responsables de su muerte.

22/03/2018
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SN Online

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San Martín

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Aquel 8 de febrero hacía calor. Bety se había preparado con su carrito para ir a hacer las compras por el barrio. La acompañaba su nieto, Sebastián, que cuando estaba saliendo se dio cuenta que le faltaba su calculadora y volvió a entrar. En ese momento, Bety, de 81 años pero con la lucidez intacta de un joven, se adelantó. Sin saberlo, eran sus últimos segundos de vida. Saludó a una vecina y cruzó la calle.

La muerte llegaba en un móvil del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de San Martín, a gran velocidad, en contramano y sin luces ni sirena por la esquina de Mendoza y Chivilcoy, en Villa Ballester.

De ahí en adelante el tiempo se detuvo para los familiares de Bety, que, desde entonces, llevan recorrido un camino sinuoso en búsqueda de justicia. En esa pelea diaria consiguieron hablar con la Gobernadora María Eugenia Vidal y llevaron el caso a juicio oral.

Por estos días, el proceso judicial se encuentra en su etapa final y la ansiedad por conseguir aquello que tanto desean, los envuelve y consuela.

“Esperamos que la justicia sea justa, que no queden absueltos, porque a mi mamá me la destrozaron. Yo quiero que estén presos, que sepan lo que nosotros vivimos todos estos años. Quiero que paguen”, sentenció Silvia, hija de Bety, en declaraciones a SN Online.

Durante el juicio, que comenzó el 15 de marzo, se escucharon los relatos de sus familiares, efectivos de la Policía, Gendarmería y de la Federal, y seis vecinos. Uno de ellos fue trascendental para la causa, ya que contó como el patrullero, minutos antes del crimen, salió a toda velocidad de la Villa La Rana y mordió un cordón, lo que provocó que casi perdiera el control vehículo. “Va a matar alguien”, dijo en ese momento y lo repitió frente a los jueces.

Todas las miradas recaen por estas horas en los dos policías que se encontraban en ese momento en el interior del móvil. El que manejaba era un joven de 22 años, que no tenía registro de conducir. Lo acompañaba un superior, con más de 30 años en la fuerza, que, “como se sentía cansado”, delegó su función.

“El chico está detenido desde el primer día, pero no porque mató a mi mamá sino porque era funcionario público y manejaba sin licencia. Nosotros queremos que el otro policía también pague porque era el responsable del móvil, así que esperamos que la Justicia recaiga también sobre él”, señaló Silvia.

El próximo martes se llevará a cabo la lectura de los alegatos en el Tribunal Oral y Criminal Nº 7 y luego, según lo determinen los jueces, se establecerá la fecha para la sentencia y se espera que sea una ejemplar. Esa que no cura pero reconforta.