Una fábrica cerrada, trabajadores en la calle y más de 60 clientes "estafados”

Un grupo de, al menos, 60 clientes de Cortinas Esteban denuncian que fueron “estafados” por sumas importantes en dólares que habían abonado por su ventanas. La fábrica, que cerró sus puertas y dejó a casi un centenar de trabajadores en la calle, no les da respuesta.

09/10/2019
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Sn Online

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Moreno

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Días atrás, fue noticia el cierre de la empresa Cortinas Esteban, una firma radicada en Moreno con más de 60 años de antigüedad, que de un día para otro bajó sus persianas y dejó a cerca de un centenar de trabajadores en la calle. Pero el drama no fue solo de los despedidos. También, hubo damnificados colaterales: se trata de unos 60 clientes que tenían sus artículos pagos, en algunos casos por cifras superiores a los 15 mil dólares, y perdieron todo lo invertido.

“Con mi marido empezamos a pagar las ventanas en abril. Primero hicimos el contrato, porque para que tu pedido entre en producción, tenés que saldar un 70 por ciento de la compra. Nuestra fecha de entrega estaba estipulada para el 9 de septiembre. Pero se fue atrasando. Después, nos dieron una segunda fecha,  esta vez definitiva. La determinó el propio Bernardo Esteban, dueño de la empresa: el 30 de octubre. Ese día tendríamos las ventanas para nuestra casa. Al momento, ya teníamos abonado el 90 por ciento del total del valor, que son 15.700 dólares. Pero tampoco tuvimos noticia. Ahí, empezamos a sentir que algo andaba mal. Empezamos a preocuparnos. Y sí, se complicó todo: hoy estamos a 7 de octubre, sin ventanas y con un panorama desalentador”.

El relato corresponde a Florencia, una clienta de la empresa Cortinas Esteban, que hace seis meses compró las ventanas pasa su casa en construcción y hoy es una damnificada, o “estafada”, por una empresa que, al parecer, no existe más.

Mientras recupera el aliento tras la angustia que le produce contar su historia, Florencia le cuenta a SN Online que “ayer (lunes 7 de octubre) tenía que llamar para confirmar la fecha de entrega”, pero nadie levantó el teléfono ni respondió la comunicación.

“Mi marido y yo veníamos preocupados porque veíamos cosas que nos hacían pensar que la crisis había tocado a la empresa. Habíamos hecho el contrato en un showroom en Pilar, y ese lugar cerró. Tomó nuestro caso una vendedora que después, supuestamente, renunció a la empresa. Seguimos con otro vendedor… fue despedido. Y así, veíamos que siempre iba desapareciendo una persona”, recuerda Florencia, que vive en Capital Federal y llegó a Cortinas Esteban por las “excelentes recomendaciones” realizadas por amigos y conocidos. Recomendaciones que fueron confirmadas tras cotejar en distintos sitios de Internet que describen a Cortinas Esteban como "una empresa con más de 60 años de antigüedad".  

La historia sigue, y dos semanas atrás parecía que se encaminaba a un final feliz. “Un día, una empleada tomó nuestro caso. Yo me quebré al teléfono, pero ella nos terminó tranquilizando. Nos dijo que era real que la fábrica se estaba reestructurando, que era real que la crisis había afectado a la empresa, pero que también era real que ellos iban a terminar todos los trabajos que ya estaban pagos y en producción. Es más, nos dijo que todos los trabajos ya contratados eran ¡seguidos por el dueño de la empresa! Eso nos dio tranquilidad”.

Pero esa tranquilidad les duró poco. El lunes lunes 7 de octubre, sin ventanas, sin respuestas, sin que nadie les atienda el teléfono, Florencia y su marido se fueron directamente a la empresa, en La Reja, a unos cuantos kilómetros de distancia de su barrio en CABA. El panorama que encontraron fue desolador: una fábrica cerrada, vigilancia en la puerta, paredes pintadas con escraches al dueño de la firma y decenas de trabajadores haciendo una vigilia tras haberse quedado sin empleo. “La fábrica no tiene nada y tampoco tiene la plata para devolverla”, sentenció un operario. De ahí en más, la resignación.

“Me comuniqué con otros damnificados, por ejemplo, una mujer que pagó el total de las ventanas para su casa, por 40 mil dólares, y a ella le tenían que entregar el viernes (4 de octubre) de la semana pasada, y, claramente, no le entregaron nada”, contó Florencia, después de levantar de una crisis de nervios a su pareja. “Obvio que te duele perder la plata, pero lo que más te jode es que uno le pone el corazón, porque es la ilusión de terminar la casa...".

Según confirmó Florencia, son “60, o más, las personas las estafadas”. Están en permanente contacto a través de un grupo de whatsapp. Algunos empezaron acciones legales de manera particular. Otros, quieren juntarse y realizar una manifestación en la puerta de la firma. O de lo que queda de la empresa. A todos, los invade bronca e indignación por “sentirse estafados”.