La brecha entre pobres y ricos creció un 23% en dos años
El Centro Periferia estimó que esta situación es resultado de “la escasa creación de empleo”, la inflación y la pérdida de poder adquisitivos de los jubilados y los beneficiarios de asignaciones familiares.
El periodo analizado fue el comprendido por los dos primeros trimestres del 2015 y los mismos meses del 2017, en donde hubo un incremento de la desigualdad del 23 por ciento y se prevé que todavía falta la consolidación de una peor distribución del ingreso.
Las dificultades para conseguir aumentos de salario por encima de la inflación y la escasa creación de empleo registrado presionan a que la distribución del ingreso se deteriore, consideraron los economistas que realizaron la medición, quienes remarcaron que la aceleración de la inflación fue un factor que impulsó al empeoramiento.
El Centro Periferia indicó que en los estratos más bajos existe una proporción importante de asalariados no registrados y trabajadores independientes no profesionales que tienen grandes dificultades para protegerse frente a los aumentos de precios, por ejemplo, por la inexistencia de negociaciones colectivas que lleven a reclamos de una compensación salarial.
Por último, precisaron que las políticas económicas impactaron en los ingresos no laborales, como las jubilaciones, las pensiones y la AUH. Un deterioro de estos ingresos lleva a que los deciles más bajos cobren menos y empeore la distribución. En el primer trimestre el poder adquisitivo de la AUH y las jubilaciones cayó 3,4 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado, aseguraron.