Criptomonedas: la nueva religi�n que puede generar una burbuja financiera

17/01/2018
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PALABRAS CLAVES

Por Sergio Candelo*

El dinero es la religi�n m�s aceptada en el mundo. �Por qu� �religi�n�? Porque, ante todo, el dinero es una creencia. El dinero tiene la particularidad de tener valor, pero no utilidad. Si nos dejaran en una isla desierta con una gran bolsa de monedas de oro y un malet�n con muchos d�lares, no podr�amos sobrevivir. Es decir, que no servir�a para nada; a no ser que para todos tenga otro significado.

Justamente porque todos creemos que el otro va aceptar el dinero, suceden esos "extra�os" intercambios de bienes y servicios reales por monedas o billetes que no tiene utilidad. Dos �papeles� de $50 no me los puedo comer, el bife de chorizo por el cual los intercambio, si. La aceptaci�n es lo que lo vuelve "m�stico". Incluso los m�s ac�rrimos enemigos aceptan el dinero del otro.

Esta religi�n tiene sus distintas "Iglesias". La local, que tiene los creyentes que vienen en el pa�s. Por ejemplo, nosotros creemos en el Peso Argentino, y los brasile�os en el Real. Pero hay "religiones" mundiales, como el D�lar, el Euro o el Yuan.

Estas monedas tienen la particularidad que se emiten en un r�gimen monop�lico. Hay un solo emisor por Iglesia. As� el Peso Argentino solo es emitido por el BCRA y el D�lar Estadounidense, por la Reserva Federal. Este sistema adem�s de creyentes necesita intermediarios. Dado un Banco Central que emite monedas, se necesita un sistema de intermediaci�n que permita la operatividad del trueque a trav�s del dinero. Entonces aparecen los bancos, las casas de cambio y los agentes financieros que permiten que las transacciones se paguen utilizando sus servicios.

Por ejemplo, al comprar un auto en la concesionaria se transfieren fondos de la cuenta del banco del comprador a la cuenta del banco del vendedor, con su correspondiente costo asociado. La intermediaci�n financiera es un gran negocio desde tiempos inmemoriales.

Todo este sistema, obviamente, est� regulado por el propio monopolista de la emisi�n monetaria, es decir, los bancos centrales. �Qu� ocurre con las criptomonedas? Estas incipientes religiones se basan en el mismo principio que las anteriores. Si logran que muchas personas "crean" en ellas, las transacciones de bienes y servicios reales tambi�n van a ocurrir. Entonces todo tiene sentido, y seremos creyentes de estos nuevos "herejes". Pero no son iguales a los anteriores, y aqu� empieza la verdadera discusi�n.

Las critpomonedas no tienen un �nico emisor. Son miles y miles de distintos usuarios y bases que resguardan y aseguran la transacci�n. Por ejemplo, los Bitcoin ya tienen definido un tope m�ximo a emitir: 21 millones y se van emitiendo a una tasa decreciente a�o a a�o. Pero estas definiciones no surgen de una �nica autoridad, sino del grupo que las crea, y ese grupo es muy grande.

A medida que m�s gente se "convierte" a los bitcoins, m�s transacciones suceder�n. Pero esto no es trivial para los "monopolistas" del dinero actual. Estas transacciones ocurren sin intermediarios. Directamente se transfiere la propiedad de la criptomoneda de un usuario a otro. En cualquier lugar del mundo y sin costos de intermediaci�n. Las criptomonedas son el UBER del sistema bancario.

Ahora bien, cuando las autoridades monetarias comienzan a plantear distintas formas de regulaci�n, �c�mo puede creerse que se hace por el "bien com�n"?. Aqu� hay un conflicto de intereses, puesto que si no intervienen pueden terminar desapareciendo. Y si intervienen pueden intentar que estas nuevas "creencias" sean desterradas.

Es claro que la irrupci�n de estas monedas digitales, sin un ente �nico emisor, puede generar muchos problemas en la recaudaci�n impositiva, y que algo que no es no manejado centralizadamente puede generar burbujas con sus consiguientes problemas.

Por eso, debemos ser cuidadosos cuando escuchamos opiniones y sugerencias de como regular y mantener en el corral a las criptomonedas, porque muchas veces lo que se est� planteando puede estar escondiendo otro tipo de intereses.

El mundo sigue su curso y la tecnolog�a, que permite esta transformaci�n digital, tambi�n. Son movimientos imposibles de frenar, aunque se los puede ralentizar. Lo bueno para todos nosotros es que en los pr�ximos a�os vamos a ser los testigos de esta lucha desigual, este David contra Goliat. Y el final, a�n, est� abierto.

*Jefe de operaciones de Snoop Consulting