Casa

28/04/2020
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PALABRAS CLAVES

Por Marianela Ríos

Movimos los muebles para tu llegada. Todas las puntas fueron limadas. Hoy solo queda una mesita de luz del otro lado.

Ya no tengo escapatoria de mi cama, la tuya se convirtió en una extensión de la mía, como un pedazo de tierra más que me pertenece pero lo cedo, en el que protejo tu sueño y también el mío.

Por donde te lleve tu curiosidad, construyo un camino seguro, para no tentar a ese clavo fuera de lugar, o que se parta en mil pedazos el imán del último viaje que hicimos en número par. Te proveo juegos confiables.

Maleables compañeros que sobrevivan a tus combates, que resistan tu mordida suave y sean beneficiarios tus abrazos amables.

Pero cuando pienso que tengo el control, algo se me escapa. Con cada día que pasa, hay nueva hazaña. Hoy te bajaste de la cama.

Mañana voy a tener que construir un nuevo camino. Y cuando ya ni lo note, habrás cambiado los planos de la casa, que solía estar llena nimiedades y partes deshabitadas. Y que hoy se ríe de cómo excesivamente nos contemplamos las caras.