Nieto 130: "Mi restitución es un homenaje a mis padres"

Desde la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, la titular de la organización, Estela de Carlotto, presentó a Matías Javier Darroux Mijalchuk, hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, desaparecidos en diciembre de 1977.

13/06/2019
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“Para nosotros es el premio más merecido que tiene nuestro país, una lucha que da resultados positivos como es el encuentro del nieto 130”, expresó Carlotto durante la presentación de la historia del nieto 130, ante un concurrido auditorio en la sede de Abuelas, ubicada en Virrey Cevallos 592.

En esta línea, la titular de la organización celebró: "Hoy las abuelas le damos la bienvenida, es un hermoso día". Luego, le pasó el micrófono a Matías, quien contó que quiso participar del anuncio para que la sociedad conozca su caso y, de esa manera, buscar información sobre sus padre y su madre, esta última, embarazada de tres meses al momento de su desaparición. 

El joven, según explicó, siempre supo que era adoptado pero las dudas sobre su identidad comenzaron a aflorar mucho más tarde y, cuando ya tenía 30 años, inició su búsqueda en Córdoba, donde residía en ese momento. 

“Quiero más que nada agradecer. Quería hablar con el corazón y agradecerle a todos los que contribuyeron con la restitución de mi identidad”, resaltó Matías Javier y extendió sus palabras de cariño para su tío Roberto, quien se encontraba a su lado y, en los últimos 40 años, no cambió su número de teléfono esperando el llamado: “Gracias tío por no dejar de buscarme”.

Sobre su iniciativa de acercarse a la sede de Abuelas en Córdoba, el nieto contó: “Tenía que ser consciente de que del otro lado me podían estar buscando. Varios de mis amigos tenían razón, mi tío me buscaba hace cuarenta años”.

En ese punto, el joven se dirigió a todas aquellas personas que pueden estar atravesando lo mismo que él vivió y los llamó a "juntar coraje". 

“La restitución de mi identidad es un homenaje a mis padres, una caricia al alma”, manifestó Matías y afirmó: “No hay nada más significativo que el abrazo con mi tío después de 40 años de búsqueda".

El joven aclaró que para él su historia no está resuelta porque todavía le falta información para saber qué sucedió con sus padres y remarcó la necesidad de "encontrar a alguien que pueda ayudar a cerrar su historia”.

Su tío lo esperaba

Roberto Mijalchuk es profesor de matemática y, desde el día de la desaparición de su hermana, nunca cambió el número de teléfono esperando aquel llamado que le traería noticias de ella y de su sobrino. Un llamado que llegó en octubre de 2016. 

Al tomar la palabra, Roberto, notablemente emocionado, contó: “Empecé la búsqueda solo con 19 años. Tenía una hermana desaparecida, vivía con una madre enferma y mi padre era carpintero”. 

“Las esperanzas se fueron disipando con mi hermana pero nunca con Javier (Matías). Guardé todo un álbum de fotos para el momento en que viniese”, recordó. 

Durante la lectura del texto que había preparado, la emoción pudo más y la mujer de Matías continuó con la tarea: “Matías no era un desaparecido, estaba en el lugar equivocado, no estaba con la personas que eran de su sangre, estaba con personas maravillosas que le dieron tanto amor y lo adoptaron". 

"Mati te amo desde lo más profundo del corazón”, expresó y agregó: "Un desaparecido es un muerto que vuelve todos los días. Con la llegada de cualquier boleta de un impuesto esperaba que fuera una carta de mi hermana contando que estaba viviendo en cualquier lugar del mundo".